octubre 31, 2008
Educación y enseñanza del español en los campamentos
DIARIO DE MALLORCA. ROSA FERRIOL. ENVIADA ESPECIAL A TINDOUF. El panorama educativo en los campamentos de refugiados es igual de desolador que el de la alimentación o la salud. Subsisten gracias a la ayuda exterior. Tienen escasos recursos pero saben aprovecharlos al máximo. En los últimos años, el nivel educativo ha bajado considerablemente. ¿El motivo? Faltan profesores porque se van a trabajar al extranjero y los que se quedan en los campamentos necesitan un reciclaje de su formación de manera urgente.
Así lo trasladó la ministra de educación saharaui a la presidenta de la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui de Mallorca, Ventura Vaquer. La directora de la escuela especial de Djala, Fatima Srdahnred constató la necesidad de que los docentes asistan a cursos para actualizar su formación. El objetivo es construir un centro de reciclaje para los educadores saharauis. Vaquer detalló que los maestros son titulados ya que la mayoría cursaron sus estudios en Cuba o en Argel. Pero desde que regresaron no han vuelto a ponerse al día. No descartó que uno de los próximos proyectos sea mandar a los campamentos a profesores de Balears para que impartan unos cuantos talleres.
La responsable de la organización hizo especial hincapié en que ha bajado el nivel de enseñanza del español. "Los profesores se quedan a trabajar en España, por ello, faltan educadores", justificó Vaquer. "Antes, a los siete años los niños empezaban a aprender el idioma porque era la segunda lengua de los territorios saharauis y ahora sólo lo hablan los pequeños que participan en el programa vacaciones en paz", añadió. Desde su punto de vista sería interesante promover un Instituto Cervantes para conservar el español.
La principal carencia de los centros educativos son la falta de material escolar. En cada campamento hay unas seis escuelas y otro centro de educación especial, uno por cada daira (barrio). En total unas 28 infraestructuras educativas por un territorio de casi 200.000 ciudadanos. Como no podía ser de otra manera, al tratarse de refugiados, la educación también se sustenta a base de la ayuda exterior. La delegación balear, que estos días conoce la realidad de los campamentos del Sáhara, visitó varios proyectos financiados por las islas como centros administrativos o centros educativos.
Uno de ellos es la escuela especial de Djala construida por la asociación de Menorca. Su presidenta, Magda Cardona, explicó que se trata de un proyecto de continuidad que empezó en 2004. Destinan 12.000 euros anuales que sirven para cubrir el material para los talleres de carpintería o confección, la comida de los alumnos y el transporte, además de los incentivos económicos para los docentes. En esta escuela, asisten 30 saharauis de entre cinco y 25 años que padecen distintas discapacidades.
Neus Ramon es profesora de secundaria en el centro Santa Teresa del Pont d´Inca. Forma parte de la delegación balear. Su primera impresión como docente es que saben aprovechar al máximo los pocos recursos materiales que disponen. Según su opinión, los niños saharauis tienen un gran conocimiento de su entorno social y aman a su país. "La educación es muy patriótica, en cada clase hay una bandera", señaló.
¿Es bueno que los niños vayan al extranjero? Las opiniones son diversas. Fatima cree que es una buena experiencia porque siguen estudiando árabe allí donde vayan. "No hay duda de que el día que se celebre el referéndum, los saharauis regresarán a casas estén donde estén", sentencia Catalina Rosselló de la asociación ante las críticas de los que se van no vuelven.
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