diciembre 27, 2004
"El Sáhara aún no es marroquí" Driss Basri, ex ministro de Hassan II
"El Sáhara aún no es marroquí" Driss Basri, ex ministro de Hassan II
Jueves 18 de noviembre de 2004.
Driss Basri, el ex ministro del Interior de Hassan II y hombre fuerte del régimen marroquí durante tres décadas, se encuentra en París desde hace más de un año, sin pasaporte y sin permiso de residencia. Está en teórica situación ilegal en Francia y las autoridades galas, que mantienen excelentes relaciones con el rey Mohamed VI, podrían expulsarlo del país en cualquier momento. El ’gran visir’ de Hassan II, destituido por Mohamed VI en 1999, asegura en esta entrevista que no se considera un exiliado y tampoco "un opositor", pero acusa a los nuevos dirigentes marroquíes de actuar contra él "con métodos propios de la Edad Media".
Pregunta: ¿Cuál es su situación actual en París? Respuesta: Estoy en París por razones de salud, en primer lugar, y por el mundo universitario en Francia, con el que me unen muchos intereses, sobre todo en el ámbito del Derecho moderno y en cuestiones geopolíticas de actualidad. Tengo la suerte de que puedo descansar y me está cuidando un equipo médico muy competente.
P.: Pero usted se encuentra sin pasaporte y sin permiso de residencia en Francia. Parece más un exiliado o un inmigrante sin papeles que alguien que fue hombre de la máxima confianza del rey Hassan II. R.: No me considero, moralmente, un exiliado. Tampoco soy un opositor. El hecho de que no tenga papeles no significa que me convierta automáticamente en un exiliado o un refugiado político; tampoco en un apátrida.
P.: En Marruecos se dice que usted ha abandonado el país porque su vida corría peligro o podía ser encarcelado. R.: Tras abandonar el Gobierno, en 1999, mi vida en Marruecos no ha sido fácil, no he podido vivir como un simple ciudadano. En los cinco años posteriores a mi "dimisión" no se me ha dado un trato mínimamente digno, no he tenido la suficiente consideración, a pesar de que he sido un leal servidor del reino, del trono y, particularmente, del gran rey que fue Hassan II y de su heredero Mohamed VI. Algunas de las nuevas autoridades han actuado contra mi persona con métodos propios de la Edad Media e indignos del Marruecos de Hassan II y Mohamed VI.
P.: París mantiene excelentes relaciones con la monarquía marroquí y con los nuevos dirigentes de su país. ¿No cree que puede acabar expulsado? R.: Las autoridades francesas me han asegurado todas las garantías de residencia en Francia y me han demostrado una gran consideración, porque saben que he sido un gran servidor del rey Hassan II y he contribuido decisivamente a fortalecer la amistad y relaciones fructíferas entre Francia y Marruecos.
P.: ¿Cuál es su opinión sobre la actual situación política en Marruecos? R.: Desgraciadamente, ha habido un parón en el desarrollo de la obra política de Hassan II y de las instituciones hassanianas. Lo deploro. Hassan II intentó convertir a Marruecos en una democracia liberal digna del siglo XXI. Lamentablemente, el país vive ahora una situación de letargo y de descomposición, y creo que va a ser muy difícil que pueda afrontar con éxito los retos de la mundialización.
P.: El país ha sufrido los ataques del terrorismo islamista de los grupos salafistas radicales. ¿Piensa que este fenómeno es un peligro para Marruecos? R.: En mi opinión, lo que se suele llamar terrorismo salafista es un fenómeno marginal, subalterno, y casi inexistente. Es un fenómeno que se ha visto amplificado por los medios a raíz de los atentados de Casablanca, en mayo de 2003. Lamento que la amplificación de este fenómeno anarquista y obscurantista dé una imagen de Marruecos poco reluciente, donde además del terrorismo no se respetan los derechos humanos, la justicia y las libertades.
El Sáhara
P.: La ONU ha prolongado el mandato de sus fuerzas de paz en el Sáhara occidental y Kofi Annan ha expresado su pesimismo sobre una solución del conflicto a corto plazo. ¿Cuál es su opinión sobre la crisis saharaui? R.: La mejor solución para el conflicto del Sáhara occidental no se encuentra en la actual estrategia indecisa de algunos de nuestros dirigentes. En cuanto a la tercera vía (autonomía bajo soberanía marroquí y referéndum de autodeterminación para establecer el estatuto definitivo del territorio), tal y como ya lo dije en el año 2000, significa enviar balones fuera. El Magreb no está preparado para una solución de esta naturaleza, porque es peligrosa para la estabilidad de Marruecos, pero también de Mauritania, Argelia y Libia. En mi opinión, la única solución válida es la que plantea el plan de paz inicial aprobado por las partes en 1991 y completado por los acuerdos de Houston (autodeterminación de la población del Sáhara occidental). Me parece que es el cuadro adecuado para una solución duradera. Hay que celebrar un referéndum leal.
P.: Su postura es totalmente diferente a la que mantienen los actuales dirigentes marroquíes, que sólo aceptan conceder una autonomía a los saharauis? R.: Yo defiendo lo que defiendo, que es lo que defendía su majestad Hassan II. Si hay algunos traidores a la causa del Sáhara occidental no soy yo, son los que dicen y defienden todo lo contrario de lo que decía y defendía el rey Hassan II. Por culpa de esta gente, el conflicto del Sáhara está en un callejón sin salida. Yo no tengo nada que reprocharme. Tengo la conciencia limpia y tranquila, aunque no tenga ni pasaporte ni permiso de residencia en Francia.
P: Usted habla del Sáhara occidental y no del Sáhara marroquí y recuerde que cuando era ministro del Interior mandó a muchos opositores a la cárcel por defender el concepto de Sáhara occidental. R.: El Sáhara occidental es un concepto geográfico y político, porque es un conflicto que opone a Marruecos con el Polisario y aún no está resuelto. Yo siempre he defendido que el Sáhara es marroquí y he trabajado a favor de este objetivo. Lo que pasa es que, según Naciones Unidas, el territorio en conflicto se llama Sáhara occidental, y así se seguirá llamando hasta que no se solucione la crisis. ¿Estamos de acuerdo? Entonces, no veo por qué motivos algunos hipócritas se escandalizan porque hablo del Sáhara occidental. El Sáhara, que yo sepa, aún no es marroquí.
P.: ¿Es consciente de que si estuviera en Marruecos, el actual ministro del Interior, Fouad Ali El Himma, le mandaría a prisión por lo que ha dicho? R.: ¿Y qué? Mire, cuando los niñatos como este señor nacieron yo ya estaba en política. Las amenazas de estos aficionados al poder no me asustan. El Sáhara, hasta que no sea de Marruecos, seguirá llamándose Sáhara occidental, que es lo que dice la ONU.