agosto 08, 2008

 

Van Walsum, El Pais y el Sahara

Qué pobre argumento afirmar que el Polisario sigue adelante "alimentado por falsas esperanzas" del movimiento solidario. Este intento de desacreditar la causa saharaui y el movimiento solidario da la razón con más fuerza a las nuevas iniciativas saharauis y solidarias (apoyo a la Intifada pacífica, denuncia efectiva del expolio ilegal de los recursos naturales del Sahara ocupado, información y difusión a través de internet, acceso de la causa saharaui al mundo cultural e intelectual, negativa a considerar el del Sahara como un conflicto meramente humanitario).

Los saharauis defienden su causa simplemente porque es justa, legal y suya.

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La sociedad española da "falsas esperanzas"

EL PAIS. IGNACIO CEMBRERO. - Madrid - 08/08/2008

"El Polisario tiene la legalidad internacional de su lado; ahora bien, el Consejo de Seguridad no está dispuesto a ejercer sus poderes, en función del Capítulo VII de la Carta de la ONU, y a imponerla". Peter van Walsum, el enviado para el Sáhara Occidental del secretario general de la ONU, pronuncia sin reparos esta frase. El Capítulo VII prevé el uso de la fuerza en caso de quebrantamiento de la paz o actos de agresión.

"Tenemos, por un lado, al Tribunal Internacional de Justicia, que en 1975 señaló que el conflicto del Sáhara Occidental es una cuestión de descolonización que debe ser resuelta mediante un referéndum y, por otro, al Consejo de Seguridad, que ostenta el poder de organizar ese referéndum pero no lo hace porque rehúsa imponer una solución", constata Van Walsum.

El Consejo de Seguridad "debe respetar la legalidad internacional, pero también tener en cuenta la realidad política sobre el terreno", que está en manos de Marruecos, prosigue. "Treinta años de argumentos legales de peso del Polisario no produjeron resultado alguno". De ahí la necesidad de buscar una solución consensuada inspirada en la realidad sobre el terreno.

Indonesia ocupó 24 años Timor Oriental, que, finalmente, accedió a la independencia. ¿No puede suceder lo mismo en el Sáhara? "Es moralmente satisfactorio brindar un apoyo incondicional a los que están en su derecho, pero debe tenerse en cuenta el riesgo de crear falsas esperanzas y prolongar la agonía" de los refugiados, contesta Van Walsum.

El enviado de Ban Ki-moon sospecha que éste es el error en el que cae buena parte de la sociedad civil española que, según él, "tiende a apoyar la política del Polisario". "A aquellos españoles que se preocupan de corazón por el bienestar de los saharauis les aconsejo que se pregunten si actúan correctamente animando al Polisario a apostar a toda costa por la plena independencia".

¿Y si el Polisario retomase las armas, como amenaza? "Basándose en la historia del conflicto, no creo que incite así al Consejo de Seguridad a imponer una solución", responde Van Walsum. "Creo que la violencia no desembocaría en un Sáhara independiente".

"Un Sáhara independiente es inalcanzable"

Peter van Walsum, enviado de la ONU, insta a negociar con Marruecos la autonomía

EL PAIS. IGNACIO CEMBRERO - Madrid - 08/08/2008

El conflicto del Sáhara Occidental vuelve a estar en un callejón sin salida 33 años después de la retirada de España del territorio. No habrá más negociación o, en todo caso, ésta no volverá a estar presidida por el actual enviado personal del secretario general de la ONU, el diplomático holandés Peter van Walsum, de 74 años.

"Marruecos debe asumir la culpa de que el referéndum sea irrealizable"

Tres dirigentes del Frente Polisario, el movimiento saharaui independentista, le han recusado públicamente, primero, en junio, en declaraciones a este periódico, y más recientemente, ante la prensa en Argel. La negociación directa entre los saharauis y Marruecos empezó hace un año en Manhasset, un suburbio de Nueva York. La última ronda tuvo lugar en marzo. En teoría, la siguiente debería celebrarse en otoño.

El Polisario reprocha a Van Walsum haber tomado partido en abril a favor de Rabat, en una intervención a puerta cerrada ante el Consejo de Seguridad, y en un documento que quiso incorporar al informe del secretario general Ban Ki-moon. Éste declinó incorporar la evaluación escrita de Walsum a su texto, pero, a juzgar por las últimas declaraciones de su portavoz, confirmó al holandés en su cargo.

El ministro español de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, también expresó el lunes en Tánger su respaldo a Van Walsum e hizo un llamamiento para que se celebre una quinta ronda negociadora.

"Si el Polisario comunica formalmente al secretario general que está dispuesto a participar en una quinta ronda, aunque no si Van Walsum asiste a ella, difícilmente me imagino a mí mismo presidiendo la nueva sesión de Manhasset", afirma el enviado personal de Ban Ki-moon en una entrevista con EL PAÍS. "Ahora bien, no voy a dimitir a causa de las declaraciones de la dirección del Polisario a los medios de comunicación".

Una carta del líder saharaui, Mohamed Abdelaziz, al secretario general bastaría, por tanto, para provocar su dimisión. Acaso esta espada de Damocles que pende sobre su cabeza haya incitado a este veterano diplomático a explayarse públicamente.

"Es una lástima", prosigue, porque si "las cuatro primeras rondas fueron estériles, confiaba en que la quinta nos brindaría la oportunidad de debatir sobre mi opinión: el empeño del Polisario en la plena independencia ahonda el bloqueo y perpetúa el statu quo".

Éste dura desde 1975. En cuatro grandes campamentos cerca de Tinduf, en el suroeste de Argelia, se concentran unos 160.000 refugiados, mientras que Marruecos controla las tres cuartas partes del antiguo Sáhara español, donde viven 250.000 personas que en su mayoría no son originarias del territorio. Menos del 20% son saharauis.

Van Walsum se sorprende de la reprobación del Polisario. "Lamento que haya sacado la conclusión de que he tomado partido por Marruecos", señala. "Lo que dije en abril ante el Consejo de Seguridad no es diferente de la conclusión que ya saqué tras mis primeras consultas en enero de 2006: la independencia del Sáhara Occidental no es un objetivo alcanzable".

Cuando hacía estos pronunciamientos, recuerda, los saharauis "estaban en profundo desacuerdo conmigo, pero seguíamos discutiendo incluso, diría yo, de manera amistosa". Ahora ya no es así.

En todo caso, recalca Van Walsum, "no estoy dispuesto a desaparecer del escenario como el enviado personal que ha violado su mandato inclinándose por una de las partes". El mandato "no consiste en establecer cuál de las partes tiene mejores argumentos, sino en explorar con ellas cuál es la mejor manera de superar el impasse".

Hace cuatro años, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó por unanimidad la segunda versión del plan del estadounidense James Baker -el predecesor de Van Walsum- para el Sáhara. Éste preveía la celebración de un referéndum de autodeterminación, con un censo que en teoría era favorable a Marruecos, tras cuatro o cinco años de autonomía.

Aun así, Rabat lo rechazó, tachando la consulta de "irrealista" e "irrealizable". Van Walsum compareció el mes pasado ante una comisión del Senado francés donde fue preguntado por la negativa marroquí a permitir la consulta. "Las reticencias de Marruecos pueden estar relacionadas con la sensación de que de esa consulta emanaría una mayoría favorable a la independencia", contestó el enviado, según el resumen de su intervención publicado por el Senado.

"Marruecos debe asumir la total responsabilidad de que el referéndum sea irrealista e irrealizable", subraya Van Walsum.

El rechazo marroquí incitó a Baker a dimitir en junio de 2004. Rabat empezó entonces a elaborar una propuesta de autonomía para lo que llama "las provincias del sur" que elevó al Consejo de Seguridad en la primavera de 2007. La iniciativa marroquí fue acogida con buenos ojos por EE UU, Francia y también, aunque con más discreción, por España.

El máximo órgano de la ONU no hizo suya la iniciativa, pero sí instó a los antiguos beligerantes a entablar negociaciones directas presididas por Van Walsum, cuyo punto de partida debía ser ese plan de autonomía, según confiaban las potencias occidentales.

En su última recomendación, elaborada en abril, Van Walsum instaba a negociar tomando "en consideración la realidad política" del control del territorio que ejerce Rabat. En contra de su costumbre, Ban Ki-moon no agregó esta evaluación a su último informe.

¿Le ha desautorizado el secretario general? "Estoy decepcionado", reconoce. "Me sentía cómodo con la práctica de que mi declaración era incorporada por el secretario general a su informe en una separata".

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Comments:
que dimita van walsum,ya que se ha decantado por las pretensiones de marruecos,las causas justas siempre lo seran,digan quien diga lo contrario.independencia al pueblo saharaui.
 
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