enero 20, 2008

 

El gobierno español ofrece lanzadores de bombas de fragmentación gratis a Marruecos

El precio de la vuelta del embajador marroquí a Madrid se tenía que pagar bien y palpable. Los saharauis lo veían venir. El gobierno español con este paso irresponsable dinamita el proceso de paz y las negociaciones entre el régimen dictatorial marroquí y el gobierno saharaui. Esta vez no son tanques de combate M60 regalados, sino lanzadores y bombas de fragmentación de múltiple uso para matar beduinos, desplazados y trashumantes animales, fuente de vida para los habitantes del territorio. Ya en febrero del pasado año 2007 el gobierno saharaui denunciaba que el gobierno español colaboraba en el rearme del ejército marroquí.

Gonzalo Moure, de Escritores por el Sahara, denuncia en su web la nueva infamia del gobierno español contra los saharauis. Podéis comentar la noticia:

Consejo.- España cede a Marruecos por un euro ochos juegos de lanzadores de bombas de caída libre para sus cazas

El sistema CLB-30 permite lanzar bombas fragmentarias de caída libre como la MK-82, concebida para blancos no específicos y demolición

MADRID, 18 Ene. (EUROPA PRESS) -

El Consejo de Ministros autorizó hoy la cesión, por el precio simbólico de un euro, de ocho juegos de lanzadores de bombas de aviación a Marruecos, mediante un acuerdo que el propio Ejecutivo enmarca en el objetivo de "fortalecer la especial relación de hermandad existente" entre los Fuerzas Armadas de ambos países.

Según indicó el Gobierno en la referencia del Consejo de Ministros, el material que se cederá, del que no especifica el modelo concreto ni sus características, está valorado en 86.848 euros y ya ha sido sustituido por sistemas más modernos. "El acuerdo se enmarca en el contexto de colaboración entre ambos países y tiene por objeto fortalecer la especial relación de hermandad existente entre las Fuerzas Armadas de España y Marruecos", señaló el Ejecutivo.

Fuentes conocedoras de la cesión aseguraron que el sistema es el CLB-30 (Lanzador de Bombas Rompedoras 30), un juego de lanzador de bombas de caída libre con el que se equipan cazabombarderos como el Mirage F1 y el Northrop F5.

Expertos en armamento consultados por Europa Press aseguraron que el juego de lanzadores será incorporado con toda probabilidad a la flota de cazabombarderos Mirage F1 de la Fuerza Aérea marroquí, toda vez que los cazas F5 están ya en su última fase de vida operativa. Estos equipos sirven para utilizar bombas de caída libre como el modelo MK-82, uno de los más extendidos en todo el mundo, con 250 kilos de peso, destacado por su bajo coste económico y por su efectividad para misiones de demolición.

El Ejército del Aire español está dotado de este sistema de bombas fragmentarias de caída libre para equipar algunos de sus mejores cazabombarderos, como los Mirage F-1, el reactor más veloz de la Fuerza Aérea, y en los Northrop F5, el caza de instrucción.

sahara-minas (crónica) 19-01-2008

Desminado en el Sáhara Occidental avanza lentamente en conflicto sin solución

El comandante Bokoum señala en la distancia la presencia de tres 'batallones' del Polisario, pero para los soldados de la ONU en el puesto de Agwanit la amenaza está en la dirección opuesta.

Oumar Bokoum manda esta unidad de la MINURSO (Misión de Naciones Unidas para el Referéndum en el Sáhara Occidental) en la parte del territorio que controlan los independentistas y aunque no precisa la composición de las fuerzas que se divisan como a medio kilómetro tiene claro que el peligro no se ve.

Las minas enterradas a ambos lados de un muro de arena levantado por Marruecos a lo largo de 2.000 kilómetros en este territorio -que Rabat administra pero que no controla totalmente- pueden explotar bajo las patrullas, las nocturnas son las más peligrosas, de la decena de militares bajo mando del guineano Bokoum.

Marruecos y el Polisario han mantenido este mes su tercera ronda de contactos para intentar alcanzar una solución para el futuro del territorio, cuya soberanía reclama Rabat pero que para los independentistas sólo pasa por la celebración de un referéndum que consiga sacar al Ejército marroquí de toda la zona.

Afwanit es uno de los ocho puestos de MINURSO -tres en el lado controlado por Marruecos y cinco en el área con presencia del independentista Frente Polisario- en el escenario de un conflicto casi dejado en el olvido, como los miles de explosivos enterrados por los contendientes.

En Oum Dreyga está otra de las unidades de la misión de la ONU y, aunque próxima al muro, desde ella no se divisa, aunque está perfectamente señalado en los mapas de asignación de patrullas que un militar ruso muestra al visitante. Unos cien mil kilómetros cuadrados -de un territorio de 266.000- están 'contaminados' por minas y otros restos explosivos consecuencia de una guerra que duró 16 años (1975-1991) y una de las tareas de los soldados de la ONU es precisamente la de marcar los lugares donde los encuentran para su desactivación.

En 2007 fueron destruidos 597 artefactos que, según la Campaña Internacional para la Prohibición de las Minas Terrestres (ICBL), causaron ese año nueve muertes, entre ellas las de una niña de 8 años, el alcalde de la localidad saharaui de Gueltet Zemur y un senador marroquí, que murió al explotarle una mina en Bir Anzaran (sureste).

'No hay mucha conciencia, en realidad, acerca de la extensión de la contaminación en la zona. El Sáhara es una gran área y no está muy poblada. Desde luego que tenemos accidentes, pero no en grandes cantidades', reconoce a Efe la canadiense Tammy Hall, asesora técnica de Naciones Unidas en actividades de desminado.

En el cuartel general de MINURSO en El Aaiún, Hall admite que 'hasta cierto punto, hay tantos conflictos en todo el mundo que es fácil olvidar el que hay en torno al Sáhara Occidental (...) Mucha de la concienciación depende de la atención que le presten los medios de comunicación en un momento dado y este conflicto ha mantenido un perfil bajo durante algún tiempo'.

Los acuerdos militares entre los contendientes reconocieron el impacto de las minas entre una población escasa y dispersa, como la del Sáhara (nómadas, pastores), pero Hall advierte: 'la gente aquí no tiene mucho dinero y perder un camello o una oveja, que son la base de su alimentación, tiene un gran impacto en sus vidas'. Como lo tiene la muerte de los niños que toman por piedras esos objetos oscuros semienterrados en la arena, cuyo descubrimiento en en una zona determinada a veces es resultado de una labor de 'conjeturas', puesto que no se dispone de mucha información fiable.

'Tenemos mucha información -agrega Hall-, pero el problema es que quizás ellos mismos no tienen mucha que darnos. Y es que cuando hay un conflicto, no todo queda por escrito. Los Gobiernos de Marruecos parece que retiraron todas las minas que colocaron durante el conflicto pero es que, cuando hay un fuego cruzado las cosas no siempre son como uno desearía que fueran'.

El Frente Polisario, por su parte, anunció en febrero de 2006 la destrucción de 3.181 de sus minas antipersonales almacenadas, según datos de ICBL.

En Mijek, otro puesto de MINURSO al lado este del muro, la labor diaria de los quince soldados aquí destacados incluye el marcado de minas, de las que se han encontrado 215, el 30 por ciento de ellas en menos de un año, resultado de un mayor empeño en estas tareas.

Pero con un área de responsabilidad de 22.000 kilómetros cuadrados, la labor no resulta fácil para el equipo de esta unidad, compuesta por militares de once países para quienes las jornadas transcurren marcadas por la rutina de las patrullas y las labores continuadas de retirada de la arena que acumula el viento sobre el material.

En el exterior, a cierta distancia, se divisan los equipos de Landmine Action, la única ONG que trabaja sobre el terreno desde mediados de 2006 para intentar al menos obtener información sobre las áreas más peligrosas para, cuando el conflicto se solucione, poder facilitar el retorno de la población saharaui.

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