octubre 23, 2007
Continúa la represión y encarcelamientos contra los jóvenes saharauis en el Sahara ocupado
*Fuente: Asociación Saharaui de Víctimas de Violaciones Graves de los Derechos Humanos Cometidas por el Estado Marroquí (ASVDH)
El Aaiun (territorios ocupados, Sáhara Occidental), 21/10/2007 (SPS) Las autoridades coloniales marroquíes de la ciudad ocupada de El Aaiun procedieron el sábado a enviar al joven saharaui Omar Kneibila a la Cárcel Negra por orden del juez de instrucción, ha indicado la Asociación Saharaui de Víctimas de Violaciones Graves de los Derechos Humanos cometidas por el Estado marroquí (ASVDH).
El joven Omar Kneibila fue detenido por las fuerzas represoras marroquíes el pasado miércoles, y la familia ha afirmado "que su hijo ha sufrido formas horribles de tortura por la policía, que lo acusaba de haber quemado uno de sus coches", informa la misma fuente.
Otros seis jóvenes saharauis fueron detenidos, torturados y siguen estando retenidos en los centros de la policía marroquí por la misma acusación en espera de ser juzgados, añaden.
Se trata de Abdessalam Lumadi, Bachri Mohamed Ahmed Hamed, Hassan Dah, Nafaai Sah, Abdallah Elbussati y Mohamed Butabáa.
Por otra parte, los ciudadanos saharauis de Gulimín (sur de Marruecos) organizaron recientemente manifestaciones pacíficas reclamando el derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación y a la independencia. (SPS)
Testimonio de la madre de Abdessalam Lumadi, Fatima Meskour
Abdessalam Lumadi, ex preso político saharaui que ha cumplido su pena de 15 meses de cárcel. En el momento de su liberación fue apaleado delante de la entrada de la Cárcel Negra en mi presencia. Había un coche de la policía. Al salir, Abdessalam hizo un signo de victoria, y por eso fue apaleado y maltratado delante de nuestros ojos. Desde este momento nuestra casa está vigilada en todo momento y él también, cuando sale de la casa, es perseguido a donde vaya y con quien se encuentre.
Tras una decena de días de su puesta en libertad, fue arrestado en plena calle por un coche de la policía, y fue conducido a un sitio desconocido. En cuanto nos enteramos de la noticia, busqué en todos los centros de la policía, pero la policía negaba su arresto. Cuatro días después volvió a casa en un estado lamentable, y nos contó que había sido arrestado en la calle Bucraa en El Aaiún, y conducido a la dirección de la seguridad nacional en donde fue interrogado y torturado, sin ser presentado al juez de instrucción, ni al procurador del rey.
A mediados de septiembre, llegaron agentes de la policía marroquí en tres coches para irrumpir en nuestra casa y buscaron a Abdessalam. Yo les respondí que no estaba presente. Me preguntaron si había pasado la noche en casa, yo les respondí que sí. Luego, un agente de ellos me dio su número de móvil y me dijo que les contactara cuando volviera, lo que no hice.
El 10 de octubre 2007, nuestra casa fue irrumpida de nuevo por una veintena de policías vestidos de civil. Todos los niños fueron atemorizados por el revuelo causado por estos policías. Cuando no lograron encontrar a Abdessalam, cogieron a su hermano Charif LUMADI. Yo y mis hijas intentamos impedir a los policías el arresto de mi hijo en vez de su hermano, porque él no es un detenido y ellos estuvieron aquí para buscar a Abdessalam y no a Charif. Se marcharon tras habernos amenazado e intimidado.
Tras un cierto tiempo Abdessalam y su padre volvieron a casa, yo les conté toda la historia. Mi marido escribió una queja con respecto a eso, y se dirigió con Abdessalam al procurador del rey para presentar una queja. Tras la presentación de la queja el 10 de octubre, y en el patio del tribunal, los policías en civil arrestaron a Abdessalam y su padre delante de los mismos ojos de abogados y ciudadanos. Uno de aquellos abogados era el Benman.
A continuación el testimonio del padre: Lumadi Mohamed, nacido en 1954
En el patio del tribunal nos arrestaron por la fuerza y nos condujeron hacia la dirección de la seguridad nacional. Nos hicieron entrar en un sótano en donde había salas de interrogación y de tortura. Nos separaron a mí y a mi hijo. Mientras me maltrataban, durante casi 2 horas, me amenazaron de matarme, violarme y despedirme de mi trabajo. Pero les dije que no tenía nada que ver con el tema de Abdessalam, se trataba de sus convicciones y él es responsable de eso. Dije también que lo que me concernía era la irrupción en mi casa durante mi ausencia, y ellos podían interrogarme por este tema, y les pregunté “¿quién os dio el orden de arrestarnos en el interior del tribunal?”, me respondieron que era el jefe de la división Elbahri Hamid.
Cuando me pusieron en libertad hacia las 15 horas, me dirigí hacia el procurador para informarle de lo que nos había ocurrido, lo encontré ya informado.
Me fui varias veces a la seguridad nacional para buscar noticias sobre Abdessalam, pero no recibí ninguna respuesta, y los policías me echaron de la dirección diciéndome “Esta es la dirección de los marroquíes, eres del Polisario, no tienes nada que hacer aquí, lárgate al Polisario”.
Me quedé en casa sin ninguna noticia de mi hijo desde el día de nuestro arresto el 10 de octubre, hasta la noche del 13 al 14 de octubre. A media noche recibí una llamada telefónica por la cual la persona que me llamaba se presentó como un agente de la policía y me decía que viniera a su dirección. Yo comenté esto a mi esposa e hijos, y les pedí que reaccionaran en el caso de que me ocurriera algo. Fui a la dirección de la seguridad nacional donde encontré a los responsables, quienes me hablaron en un tono normal no agresivo y me dijeron que por motivo del “aid“ (la fiesta del fin de Ramadán) ellos querían que yo viera a mi hijo. Trajeron a Abdessalam a la sala en donde yo estaba. Lo encontré pálido y débil, y caminaba con dificultad, pero no encontré en él ninguna huella de tortura y él no se atrevió a hablarme delante de los policías. Yo les pregunté porqué no lo ponían en libertad. Me respondieron que él era responsable de la distribución de folletos informativos a favor de la autodeterminación y que era él el que había quemado el coche de la policía. Entonces volví a casa.
El 15 de octubre, a las 11 de la mañana, los presos me llamaron de la Cárcel Negra para informarme de que Abdessalam había sido encarcelado en esa prisión con otros dos jóvenes, Dah Hassan y Mohamed Bachiri. Por la tarde hacia las 5 la madre visitó a su hijo y me comentó:
«Entré en la celda de Abdessalam, que había sido torturado brutalmente. Me dijo que había que decir a su padre que lo visitara mañana. Le dije que yo era su madre y que su padre no podía venir verlo por sus condiciones de trabajo. Me dijo que dijera a su padre que debía venir para ver al director de la prisión y pedir a los abogados la visita y un peritaje médico. Le pregunté la razón por este peritaje y me respondió penosamente que había sido agredido sexualmente con una botella varias veces para hacerle decir que era él el responsable de la propaganda y del coche quemado, y hacerle firmar sin leer el texto. Se sentía deprimido y tenía un fuerte dolor en el ano.”
Lumadi y sus dos compañeros están en huelga de hambre desde su encarcelación en la Cárcel Negra el 15 de octubre 2007.
Etiquetas: Derechos humanos, Represión Sahara ocupado