febrero 10, 2007
La enfermedad del Majzen Marroquí
Publicado en Espacios Europeos
Me produce una gran alegría, que alguien sensato como el periodista marroquí Ali Lmrabet sea capaz de entender desde la molesta y cruda realidad el conflicto del Sahara Occidental. Desde la manipulación ideológica y el falso discurso de la unidad nacional y la autonomía se impide al pueblo saharaui ejercer el derecho a las reivindicaciones históricas sobre su territorio sembrando de esta manera en el corazón de la sociedad una profunda discordia que impide un verdadero debate democrático y real que desacredite de forma definitiva las tesis de Bernabé López, Jalihena Uld Rachid y todos los intelectuales y políticos de pacotilla que quieren enterrar en las arenas del desierto el derecho a la autodeterminación de la población originaria del territorio.
Los saharauis somos la parte que se quiere sacrificar en esta historia a través de todo tipo de presiones, recortes de la ayuda humanitaria, abstenciones en la Asamblea General de las Naciones Unidas, firma de acuerdos de pesca sobre nuestras aguas, represión de la población ante el silencio cómplice de algunos y una invitación al diálogo para dar legitimidad a la ocupación marroquí. Sabed que los saharauis pertenecemos a una cultura milenaria que se ha forjado en el desierto y tenemos mucha similitud con Mauritania y casualmente nos diferenciamos mucho del país que nos reivindica como parte suya y por lo tanto nunca aceptaremos ser asimilados por un colonialismo reciente que solo tiene treinta años; recordad que Argelia luchó durante ciento treinta años contra Francia sacrificando miles y miles de vidas y hoy es un país soberano. A nosotros jamás se nos ha consultado, en cambio se nos ha sometido, vejado, humillado, dividido y encima se nos exige que renunciemos a nuestros legítimos derechos; quienes piden semejante aberración deben saber que nadie nos ha regalado nada en este largo camino y nosotros jamás aceptaremos ser el aperitivo de nuestros verdugos.
Volviendo a las palabras de Ali Lmrabet quisiera recordar que no se puede hipotecar el destino y la historia de Marruecos a la ceguera expansionista en el Sahara, ya es hora de que el Majzen y sus lacayos entiendan la irreductible distancia que existe entre nuestra visión y su visión, ellos deberían entender que la Marcha Verde supone la negación de nuestro pueblo ante la historia, lo que equivale en su lenguaje la unidad nacional del territorio, comprenderán y espero que lo acepten que no somos mercenarios, ni terroristas, ni secuestrados tan solo somos unos pacíficos saharauis que exigimos la devolución de lo que se nos arrebató en su día a la fuerza.
La responsabilidad final será vuestra porque habéis engañado a vuestro pueblo enseñándole que somos una provincia igual que El Rif y cuando vuestros ciudadanos viajan a cualquier país y se fijan en un mapamundi y ven como los dos territorios aparecen separados se quedan entre la duda y vuestra mentira, así engañáis mediante la mentira ciega e ignorante a los propios marroquíes, cuando la bandera de la ONU sigue ondeando en el corazón del Aaiun esperando un referéndum, pero la locura obsesiva es una enfermedad grave y su única cura es una dosis de libertad.
Espero, en el beneficio de quienes piden la reconciliación, que sepan que negarle a un pueblo pacífico ejercer su derecho mediante vías pacíficas es irreconciliable con el derecho internacional y eso sólo puede generar una ruptura definitiva hacia los que en su día enarbolaron la bandera de las falsas promesas en el nombre de la izquierda y el progreso para terminar aceptando y apoyando las tesis mezquinas del monarca.
Ali Salem Iselmu, Generación de la Amistad Saharaui
