febrero 18, 2007
Una vez más el movimiento solidario gritó fuerte y claro al representante de Mohamed 6 en España que se vaya del Sáhara Occidental y que devuelva su tierra a sus legítimos dueños. La asistencia al acto fue multitudinaria y, a pesar del estrecho cordón policial al que estuvieron sometidos los manifestantes y de las continuas grabaciones en video realizadas desde la embajada marroquí (como si los torturadores fuesen los manifestantes y no el gobierno marroquí), se pudieron desplegar multitud de pancartas, carteles de denuncia de las violaciones de derechos humanos y fotos que evidencian las salvajes torturas a las que las fuerzas ocupantes someten a los saharauis. Muchos manifestantes mostraron sus caras cubiertas con máscaras blancas en señal de apoyo a todos los saharauis injustamente detenidos y torturados, mostrando carteles que decían “todos somos saharauis”.
Los manifestantes aprovecharon la furgoneta de la megafonía para colocar un tanque de cartón en señal de denuncia y total repulsa por el vergonzoso acuerdo de venta de armas del gobierno español a Marruecos, acuerdo valorado en más de más de 200 millones de Euros y que va en contra del anteproyecto de ley de venta de armas que se está comenzando a tramitar en las Cortes, el cual prohíbe la venta de armas a países en los que no se respetan los derechos humanos.
Asimismo, los manifestantes desplegaron una cuerda llena de pescados con banderas de la Unión Europea en la boca, en repulsa también por el reciente acuerdo de pesca firmado entre la UE y Marruecos y que también va en contra de los principios de no expoliación de recursos naturales de cualquier “Territorios No Autónomo”.
Por cierto que, hablando de autonomía, durante la concentración se escuchó fuerte y claro que los saharauis no aceptan una autonomía procedente de Marruecos:
“Labadil Labadi an taqrir almasir”
(la única solución, la autodeterminación)
La concentración fue finalmente dispersada por las fuerzas meteorológicas: una fuerte e intensa lluvia obligó a los manifestantes a marcharse más pronto de lo que hubieran deseado.
