octubre 31, 2006

 
Mientras me torturaban, mis cuatro verdugos marroquíes me pidieron informaciones sobre:

- los saharauis que dirigen la Intifada de la independencia y también sobre la agenda de los militantes saharauis de la Intifada en el Sáhara Occidental, en el Sur de Marruecos y en las universidades en Marruecos.

- los preparativos en El Aaiun para la vuelta de Aminetu Haidar.

- los medios financieros y materiales que poseo para comunicar con las organizaciones internacionales, los periódicos extranjeros, las páginas de Internet saharauis, delegaciones del Polisario en el extranjero etc.

- mi participación en las manifestaciones saharauis para reclamar el derecho a la autodeterminación y a la independencia.

Luego, los 4 verdugos marroquíes me desvistieron y me amenazaron con violarme y con enterrarme vivo si me negaba a cantar el himno marroquí.

Me negué rotundamente a cantar tal himno, una negativa que me costó una sesión larga de sistemáticas torturas físicas y psicológicas por las que me desmayé.

Cuando desperté, me encontré en un pequeño vehículo rodeado por dos policías marroquíes que me condujeron hacia la sede de la seguridad marroquí en El Aaiun.

Al día siguiente fui trasladado a la sede de la Policía Judicial marroquí para una nueva sesión de interrogatorios que fue realizada por numerosos agentes marroquíes, pistolas en la mano, acompañados por responsables de la seguridad marroquí como el torturador Ichi Abu Hassan (GUS). Este último me pidió mi opinión sobre el proyecto de autonomía propuesto por Marruecos. Le respondí que este proyecto había nacido inválido y que toda propuesta que no tenga en cuenta los derechos del pueblo del Sáhara Occidental a la autodeterminación será incapaz de poner fin al conflicto.

Esta última declaración también me costó una nueva sesión de tortura sistemática antes de echarme en una celda minúscula muy sucia e insoportable para un ser humano, en la que permanecí durante varias horas antes de ser devuelto una vez más hacia la sede de la seguridad marroquí en la ciudad de El Aaiun, donde se me obligó a firmar una serie de documentos mientras era apuntado por armas de fuego.

El sábado 16 de septiembre de 2006, me presentaron a un juez marroquí en el tribunal de El Aaiun, Sáhara Occidental, con cargos de acusación similares a los lanzados por el estado marroquí contra numerosos defensores y activistas saharauis de derechos humanos.

Antes de pedir una exploración médica por la tortura a la que fui sometido, declaré ante el tribunal marroquí mi negativa categórica a sus falsas acusaciones, declarando también que mi secuestro y torturas no son más que un acto de represalia por parte del Estado marroquí que siempre ha tratado de frenar mis actividades en favor de la autodeterminación y la independencia del pueblo saharaui.

El juez marroquí de instrucción ordenó mi traslado a la Cárcel Negra de El Aaiun en la que me encuentro actualmente con otros de 18 presos políticos saharauis encarcelados por separado, mezclados con presos comunes y en condiciones inhumanas y catastróficas.

PS: me confiscaron mi teléfono móvil y mis gafas de vista.

Ettarrouzi Yahdih, Ciudad de El Aaiun ocupado (Sahara Occidental). 28 de octubre de 2006


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