noviembre 16, 2006
LUIS DE VEGA CORRESPONSAL.
ABC. 16.11.2006
RABAT. La activista saharaui de derechos humanos Aminatu Haidar regresó ayer a El Aaiún, capital del Sahara Occidental, tras una gira de siete meses por países de Europa, América y África. Haidar emprendió su viaje para denunciar los abusos que comete Rabat en el territorio ocupado desde 1975 y la imposibilidad de que se celebre el referéndum de autodeterminación.
La Policía estaba alerta y desplegada en la pista ante la llegada del vuelo procedente de Las Palmas. «Los marroquíes que desciendan del avión. El resto que se queden en el interior», ordenaron los agentes al piloto de la compañía Bínter. Sólo Haidar, según relató ella misma a ABC a través del teléfono móvil, se quedó en su asiento. «Les dije que no bajaba porque yo soy ciudadana saharaui, aunque esté obligada a llevar pasaporte marroquí». Sólo algunos familiares pudieron darle la bienvenida en el aparcamiento del aeropuerto.
Magistrado italiano retenido
El magistrado italiano Nicola Quatrano, presente en El Aaiún desde el pasado lunes para comprobar sobre el terreno la evolución del conflicto, fue trasladado a la comisaría por agentes marroquíes y liberado poco después del aterrizaje de Haidar.
Al caer la tarde decenas de personas pasaban por la casa de la activista en el barrio de Casapiedras, donde entre saludos y abrazos se daban gritos a favor del Frente Polisario y de la independencia del Sahara Occidental. Mientras, en las calles había un importante despliegue policial con agentes de uniforme y de paisano que impidieron a algunas personas acercarse al lugar, según relataron a ABC Haidar y otros de los presentes.
Aminatu Haidar, considerada una auténtica heroína por los saharauis, fue encarcelada los primeros días de la denominada intifada saharaui que comenzó en mayo del año pasado. La activista, que ya había permanecido detenida entre 1987 y 1991, estuvo en prisión Negra de El Aaiún entre junio de 2005 y enero de 2006.
El próximo 1 de diciembre está invitada a la Jornada Mundial de los Derechos Humanos en Viena, adonde no sabe si podrá asistir. Todo depende de si Rabat le permite seguir teniendo pasaporte.