mayo 10, 2006

 
En un acto muy emotivo, llena de serenidad y aplomo, la activista saharaui de derechos humanos y ex presa política Aminetu Haidar recibía ayer en Madrid el premio Juan María Bandrés de Derechos Humanos, otorgado por CEAR (Comisión Española de Ayuda al Refugiado). Aminetu emprendía hace unos días una gira por Europa que le ha traído hasta España, después de pasar por Suecia.

El acto, presentado por la actriz Irene Visedo, contó con la presencia de diversas personalidades del mundo de la política, la cultura y del movimiento de solidaridad.

Aminetu Haidar se dirigió al numeroso público presente en el auditorio 1º de mayo de CCOO, instándoles a que continúen velando por la situación de los derechos humanos en el Sahara ocupado. Consideró su presencia en el acto como “un éxito de la resistencia pacífica saharaui, que ha logrado sobreponerse a todos los obstáculos y a la represión marroquí que ha tratado de silenciar nuestra voz”. La activista saharaui y ex presa política repasó su vida, con su desaparición durante casi 4 años en 1987, tras la visita de una misión de la ONU a El Aaiun. Relató sus penurias en la cárcel, donde estuvo detenida sin que se conociera su paradero, con otros 64 presos, “expuestos a violentas torturas psicológias y físicas, intentos de violación, palizas, falta de alimentos e higiene y sin tratamiento médico”.

Sus sufrimientos continuaron tras ser liberada. “Sin pasaporte durante 16 años, constantemente acosada por los servicios secretos marroquíes, amenazada de muerte, expulsada de mi puesto de trabajo” y de nuevo encarcelada en junio de 2005, por participar en las manifestaciones de la resistencia pacífica saharaui.

Aminetu Haidar fue golpeada salvajemente y secuestrada por la policía marroquí en el hospital donde estaba recibiendo tratamiento. Fue conducida a comisaría donde se le interrogó durante 3 días seguidos a pesar de su grave estado de salud, y finalmente trasladada a la Cárcel Negra de El Aaiun, donde realizó una huelga de hambre durante 51 días el pasado verano, junto a otros presos políticos saharauis, lo que le ha ocasionado un agravamiento de su frágil estado de salud.

“Me despido de vosotros por si es la última vez que os puedo ver”. Aminetu se despidió así del público presente, mostrándose convencida de que nada más llegar al aeropuerto de El Aauin “seré encarcelada, como le ocurrió a mi compañero Ali Salem Tamek”. Estas palabras recibieron una emocionada ovación por parte del público presente en el auditorio, que había interrumpido en varias ocasiones el discurso de Aminetu con aplausos.

Antes habían intervenido José Taboada, presidente de CEAS-Sahara y el el presidente de CEAR, Ignacio Díaz de Aguilar. Taboada comenzó su intervención con un recuerdo emocionado a los “héroes de la resistencia pacífica saharaui”. Instó a la ONU a cumplir sus resoluciones y al gobierno español a asumir su responsabilidad histórica con el pueblo saharaui.

El presidente de CEAR y vicepresidente de la Fundación CEAR, el abogado Ignacio Díaz de Aguilar, destacó el esfuerzo de la sociedad civil que está velando por que se cumplan los derechos humanos en el Sahara ocupado, este respaldo es el que hace llegar a los gobiernos que la cuestión del Sahara sigue viva. Destacó la lucha de Aminetu Haidar y de los activistas saharauis “sin recurrir jamás a la violencia, a pesar de la persecución, la cárcel y las torturas”. Ignacio Díaz de Aguilar alabó la figura de Aminetu, una mujer que ha sufrido desaparición y diferentes encierros en prisión por defender sus ideas de manera pacífica.

La activista saharaui de derechos humanos apeló a la responsabilidad de la ONU para que se respeten los derechos humanos en el Sahara, protegiendo a la población civil saharaui. Aminetu hizo un llamamiento al pueblo español a seguir rompiendo el bloqueo informativo impuesto sobre los territorios ocupados e invitó al Gobierno español a no cometer una nueva ''injusticia'' contra los saharauis.


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