mayo 11, 2006
Según fuentes cercanas al preso, el estado de salud de Lahsen roza la extrema gravedad, ya que, entre otras cosas, su peso ha disminuido de 60 kilos a 47 kilos y se encuentra tan débil que no puede moverse por la falta de fuerzas. Pero a pesar de este hecho sus allegados aseguraron que el recluso continuará en huelga mientras no obtenga respuesta a sus solicitudes, sea cual sea el precio que tenga que pagar. Su principal demanda es la liberación inmediata.
Por otra parte, hay que destacar la persecución y represión que está sufriendo su familia ya que, entre otras cosas, el 4 de mayo le fue prohibido visitar al preso en el hospital general de la ciudad marroquí de Inzglan. Detrás de esta negativa se halla el director del hospital y el guardia encargado de velar por Lahsen, los cuales alegaron que la familia no tenía una autorización del juez. Lo que asombró realmente a los padres del recluso fue que una vez autorizada la visita, el 3 de mayo, su hijo ya no se encontraba en el hospital, sino en el dispensario local de la cárcel de Ait Mellul y en un estado deplorable.