junio 14, 2004
EN LA DESPEDIDA DE BAKER_ OPINIONES
ENVIAMOS UNA SERIE DE ARTICULOS RELACIONADOS CON LA ACTUALIDAD MARCADA POR LA RETIRADA DE JAMES BAKER DEL CONFLICTO. SON DIFERENTES VERSIONES QUE PUEDEN AMPLIAR NUESTRA VISION DEL TEMA.
Fuente: ARSO Y SAHARA INFO
ARTICULOS DE JJ GARCIA, CARLOS RUIZ MIGUEL Y GURUTZE IRIZAR, FATIMETU
Sahara Occidental: se acerca la hora de la verdad
J.J Garcia
"No hay nada peor que haber sido colonizados por un país débil" me dijo un saharaui, con un tono triste, pero, firme al ver la comparecencia de un político español en Marruecos. " Lo que se está cociendo en Rabat huele mal. Solo espero que no nos veamos en la situación de 1975." Sentenció.
Ahora que está de moda, entre la clase política española, peregrinar a los palacios de Mohamed VI y prometerle "el oro y el moro" y tratar de no enojarle en lo más mínimo, con asuntos como la democracia y los derechos humanos, ahora que ni Felipe González ha evitado que la FIFA, rechace la candidatura de Marruecos para organizar la copa mundial de fútbol del año 2010, y ahora que el "cartero" Bennissa, toca todos los miércoles, cada día aquellas palabras resuenan con más fuerza en mi mente.
Ahora que, una vez más, la intransigencia de Rabat, apoyado por Francia ha frustrado a otro mediador de la ONU para el Sahara Occidental y el ciego empecinamiento de Paris ha cansado a Baker y le ha dado a una pequeña monarquía feudal del norte de África, que exporta hashish y terrorismo a Europa, la fuerza para dinamitar las resoluciones de la ONU, Corte Internacional de Justicia .... Y ahora que el diario El País ya habla de "la iniciativa española pasa a primer plano" y "un referéndum de autodeterminación en el que no se contemple la independencia" sinceramente, los saharauis tienen todo el derecho, no solo para estar preocupados, sino también para tomar serias decisiones.
Es vergonzoso ver a más de un político español derretirse en elogios frente al sultan del vecino del sur, pero es aún más degradante saber que esos mismos personajes miran hacia la otra parte para no ver los sufrimientos y las carencias que han tenido que soportar y están soportando los saharauis por haber sido vilmente traicionados y vendidos a un sátrapa que solo le interesan sus palacios y riquezas. No hay dudadas de que la lista de políticos oportunistas, que han descubierto que apuñalar a los saharauis es la mejor forma de agradecer los agasajos y excesos del Mula Mohamed VI, es cada vez más larga.
Las reiteradas presiones, aunque tímidas y en secreto-todavía- para que Marruecos acepte e implemente el último Plan de la ONU para el Sahara Occidental, poco a poco, van indicando a las autoridades de Rabat, que la comunidad internacional también tiene sus "líneas rojas" y en este aprieto aparece la luz verde de la clase política española- como en 1975- para servir como válvula de escape al régimen alauí con soluciones "fuera del marco de la ONU" y por tanto lejos de la legalidad internacional..
El "Plan Chirac", cocido durante la visita del presidente del gobierno español a Casablanca, calentado en Paris y condimentado por Maragall, durante su peregrinaje, fue presentado como contrapartida al Plan Baker y con la "ilusión" de tender una trampa política a españoles, argelinos y saharauis, pero ha murto antes de nacer por el simple hecho de que Francia se ha desacreditado como mediador en este conflicto.
"No ofendas a quien quieras convencer" dice un sabio dicho y en esta línea se han pronunciado los saharauis, lanzando mensajes de paz ante la intransigencia de las autoridades de Rabat, y la ONU, al emplear el vocabulario más diplomático para tratar de convencer a las autoridades marroquíes a que capaciten. En cambio, ese régimen ha orquestado una campaña de intoxicación dirigida por el Makhzen y distribuida por una prensa que roza lo panfloteril y sumisa a una agencia de prensa estéril, anunciado que se opone a la celebración de un referéndum de autodeterminación en el Sahara Occidental y llegando incluso a imponer sus propias "líneas rojas".
El propio Kofi Annan, define claramente que el conflicto es de soberanía y que no puede haber una solución adversa al derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación, reconocido por la ONU, por la Corte internacional de justicia y por el propio Marruecos al solicitar al pueblo saharaui que interrumpa su lucha de liberación nacional para someter la soberanía de la antigua colonia española a la voluntad de la población saharaui. En esas circunstancias tan favorables al derecho internacional, un presidente de gobierno que se jacta a diario de defender a la ONU y a la legalidad internacional, descubre en Casablanca "los derechos de todas las partes".
La única forma de resolver el contencioso del Sahara Occidental es a través del ejercicio del derecho del pueblo saharaui a la libre autodeterminación. Intentar soluciones a lo "acuerdos de Madrid" no solo es arriesgado sino también peligroso. España, aún potencia administradora del territorio, debe aprender de los errores del pasado y liderar una campaña internacional en favor del referéndum de autodeterminación aceptado por las partes y por el consejo de seguridad en 1991, si Marruecos continua negándose a la aplicación de su última versión.
Defender la legalidad internacional en Irak y esconder la cabeza en la arena, en el conflicto saharaui, confunde y da la imagen de una España débil y manipulable. Portugal defendió hasta el final en todos los foros internacionales y sin complejos los derechos de su colonia de Timor Oriental frente a Indonesia y ni España es más débil que Portugal, ni Marruecos más poderoso que Indonesia.
La presencia de la MINURSO en el Sahara Occidental, el cese el fuego y todo el esfuerzo de la comunidad internacional durante más de 13 años, no tienen por objetivo "líneas rojas" marroquíes, sino hacer cumplir el derecho internacional y cerrar, de una vez por todas, el capítulo del colonialismo en el continente africano.
La idea de las "líneas rojas", que preconiza Marruecos, queda entonces como propaganda vacía dirigida a una opinión publica cada vez más harta de falsas promesas y sedienta de eslóganes nacionalistas y es vista por numerosos observadores internacionales como un error que, sin dudas, repercutirá negativamente sobre la poca credibilidad que le queda al reino.
Los amigos de Marruecos y los que están interesados en la estabilidad en la región deben saber que saltarse a la legalidad internacional en este conflicto, solo equivaldría a repetir un nuevo ciclo de incertidumbres y tensiones. No conozco a ningún saharaui que no sea republicano, como no conozco a ninguno que no esté dispuesto a todo por defender sus derechos y eso es algo que no se puede obviar a la hora de hacer cálculos.
Al afirmar que invalida a la independencia, como opción en un referéndum, Marruecos, ha roto el compromiso suscrito con el frente POLISARIO y la ONU para solucionar, de forma pacífica la descolonización del Sahara Occidental y contradice la última resolución del consejo de seguridad que considera el Plan Baker- aceptado por el F.POLISARIO y ni siquiera calificado de plan por algunos políticos españoles- como la forma más óptima para resolver el conflicto. Defender la autodeterminación del pueblo saharaui, se ha convertido, gracias a la "líneas rojas" marroquíes en defender la independencia del Sahara Occidental.
En la situación actual, no se espera mucho de la ONU, sin un mediador del prestigio de Baker y con un muro francés en el Consejo de Seguridad. Se ha perdido una oportunidad que pudo haber sido la mejor para todos, una vez más se va a abusar de la paciencia de los saharauis y una vez más se va a cometer un error ...que esta vez puede ser extremadamente peligroso.
"El interés nacional de los saharauis y su compromiso con la búsqueda de una solución pacífica, justa y que preserve sus derechos como una opción estratégica, en ningún caso debe ser interpretado como un signo de debilidad o de ausencia de firmeza en sus propósitos.
Si la comunidad internacional, con España a la cabeza, señale al reino alauita el sendero de la razón y finalmente el proceso descolonizador culmina con la elección, sea la que fuere, del destino del pueblo saharaui, será en el interés de todos, principalmente Marruecos. En caso de que eso no ocurra estaremos exactamente en el mismo punto que en octubre de 1975 y con nefastas consecuencias para todos, principalmente España." Advirtió el saharaui.
Sin dudas, la hora de la verdad en el Sahara puede estar más cerca de lo que pensamos.
J.J GARCIA
13-06-04
LA DIMISIÓN DE BAKER: UNA NEFASA NOTICIA PARA EL SÁHARA
Carlos Ruiz Miguel
La dimisión de Baker es una noticia nefasta para el Sáhara Occidental. Y, por extensión, para la estabilidad en el Magreb. El diario árabe editado en Londres “Ashark Al Awsat” adelantó la noticia. Luego, la difundió en España la Agencia Canaria de Noticias en su servicio exterior. Finalmente, la agencia EFE la ha hecho llegar para todo el mundo. En el pasado, James Baker amagó con dimitir si la solución del conflicto no avanzaba. Ahora no sólo ha amagado: lo ha hecho. ¿Por qué lo ha hecho? ¿Qué consecuencias puede tener esta dimisión?
Se ha dicho que la dimisión se debe a que Baker va a trabajar por la reelección de Bush, pero esto es poco creíble. En efecto, ya tuvo una intervención decisiva en su elección en el año 2000 y no por ello abandonó su tarea mediadora en el Sáhara. James Baker ha dimitido porque la solución que ha propuesto al conflicto del Sáhara Occidental ha sido bloqueada. ¿Por quien? No basta decir que por “Francia y Marruecos”. Francia y Marruecos también han estado bloqueando el proceso antes y Baker no dimitió sino que resistió todas sus presiones. No. La causa de la dimisión está en algún elemento nuevo. ¿Cuál? Creo que la explicación está en una de estas dos hipótesis o, más probablemente, en las dos. Y las dos, una directa, la otra indirectamente, apuntan a la responsabilidad del presidente español Rodríguez Zapatero.
Una primera hipótesis es que el elemento nuevo no es otro que el nuevo presidente, Rodríguez Zapatero, ha rechazado el “plan Baker II”. El anterior presidente, Aznar, logró convencer a Bush de que presionara a favor de una solución al conflicto del Sáhara. La iniciativa de Aznar consiguió articular un eje Washington-Madrid-Argel-Tinduf-Nuakchott que fue determinante para la aprobación del “plan Baker II”. Por motivos no contados hasta ahora, aquella iniciativa fue aguada a última hora por la nefasta ex-ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, que después de todo el trabajo efectuado por la delegación española en la ONU, a última hora fue “sensible” a las presiones de los aterrorizados marroquíes y aguó la resolución de la ONU que se disponía a aprobar y ordenar la ejecución del plan. El cambio en la presidencia del gobierno español ha supuesto un giro total. España, que oficialmente no es parte en el conflicto, sigue siendo la parte principal porque jurídicamente sigue teniendo responsabilidades sobre el territorio. Y España, en una de las medidas más disparatadas de nuestra nueva política exterior, se ha inclinado del lado marroquí en el asunto del Sáhara. En medio de declaraciones contradictorias de responsables del PSOE (por un lado, el presidente Zapatero, Maragall y Trinidad Jiménez negando el plan Baker y, por otro, el ministro y el secretario de Estado de Exteriores, Moratinos y Bernardino León, afirmando que lo apoyaban) lo cierto es que la voluntad decisiva, la del presidente del Gobierno, era la de negar el apoyo al “Plan Baker II”. El asunto quedó absolutamente claro cuando Zapatero declaró el 23 de abril que Marruecos tenía “derechos” sobre el Sáhara y que “había que llegar a un acuerdo”, lo que era tanto como decir que el “plan Baker II” no era una solución aceptable. Si España abandonaba el “plan Baker II” y se alineaba con Marruecos la continuación de los esfuerzos de Baker era baldía. Y eso parece que fue lo que, como enviado de Zapatero, comunicó a Baker en Houston Adán Martín, el presidente canario, en una misión que los marroquíes calificaron de “buenos oficios”. Baker ya dijo que el contenido de su plan no podía alterarse y lo que Zapatero propuso, por medio de Adán Martín, era justamente alterarlo en beneficio de Marruecos.
Pero cabe también otra hipótesis, y es que el elemento nuevo haya sido la decisión de Bush de otorgar a Marruecos el status de “aliado preferente no OTAN”. El comunicado de la Casa Blanca anunciando ese nuevo status evoca peligrosamente las afirmaciones del propio gobierno marroquí de que ese país, en lugar de ser un vivero de terrorismo e inestabilidad, es “garantía de estabilidad”. Como complemento de ello se han anunciado unas maniobras conjuntas marroco-norteamericanas en frente de Canarias de las que el ministro español, Moratinos, aseguró haberse enterado “por la prensa”. Esto quizás signifique que Bush podría haberse inclinado a favor de la anexión del Sáhara, quizá como contraprestación al apoyo francés en Iraq. Esta aproximación de USA a Francia y Marruecos, es claro que ha sido posible porque el nuevo presidente español, previamente, se alejó de USA. Baker, por su parte, que está convencido de que la anexión marroquí del Sáhara es jurídicamente imposible y políticamente contraproducente habría dimitido en desacuerdo con la nueva orientación de Bush al asunto del Sáhara.
¿Qué consecuencias tendrá esta dimisión? Sin duda, negativas. La dimisión de Baker después de 7 años de trabajos supondrá un duro golpe para el proceso de paz. Ya está claro quienes se alegrarán de esa dimisión: Marruecos, Francia y el nuevo gobierno español porque Baker era el mayor obstáculo político en la pretensión anexionista. El artículo de Peru Egurbide en el diario oficioso del gobierno del sábado día 12 es revelador: con la dimisión de Baker y el fracaso de su plan “la iniciativa española pasa a primer plano”. Pero esa iniciativa se parece mucho, demasiado, a la de 1975: anexión. Entonces se pensó que los saharauis no resistirían ni dos semanas. La guerra duró 16 años y Marruecos no consiguió derrotarlos. Por una de esas paradojas de la historia, un ‘ansia infinita de paz’ y un incansable llamamiento al “diálogo” pudiera degenerar en la reanudación de la guerra del Sáhara. Y entonces la responsabilidad recaerá, nuevamente, en España. Más precisamente, en el actual presidente del gobierno.
Ineficacia desesperante
Gure Iritzia
LA DIMISIÓN del ex secretario de Estado norteamericano James Baker como
enviado especial de Kofi Annan para el Sahara Occidental supone un grave
traspiés en el largo y accidentado proceso para solucionar el conflicto de la antigua colonia española en África. La renuncia de quien durante los últimos siete años ha sido el personaje clave en la mediación entre el Gobierno marroquí y el Frente Polisario evidencia el fracaso y la debilidad de Naciones Unidas, absolutamente incapaz de ejercer su función arbitral para resolver un problema sangrante que mantiene a todo un pueblo en exilio desde hace cerca de treinta años. Aunque no se conocen las razones de su abandono, no cabe duda de que en su decisión habrá influido esa falta de eficacia del organismo internacional para romper el actual estancamiento; aunque otros colocan a Baker como hombre fuerte de la campaña electoral de Bush.
EL PAPEL de las Naciones Unidas ha sido, en efecto, lamentable desde el
principio, desde que el Estado español con el jefe del Estado, dictador Franco, clínicamente muerto abandonó sus responsabilidades como potencia colonizadora y Marruecos ocupó militarmente el territorio con el consentimiento de la comunidad internacional. Los intereses económicos y geoestratégicos de Francia y luego de Estados Unidos permitieron primero una guerra y después una vergonzosa estrategia obstaculizadora por parte de Rabat, que impidió la aplicación de los criterios de descolonización de la ONU que tan buenos resultados dieron en otros casos. La táctica dilatoria de Marruecos ha impedido la celebración del referéndum de autodeterminación, que se considera el elemento clave para la definición del futuro político del Sahara. Hace año y medio, el mediador ahora dimitido presentó un proyecto, conocido como el Plan Baker, que preveía un periodo transitorio de cinco años antes de esa decisiva consulta popular. Una propuesta, en la que expresamente se instaba a las partes a que colaboren para su puesta en práctica, que fue apoyada hace once meses de forma unánime por el Consejo de Seguridad. Sin embargo, un respaldo tan rotundo no influyó para nada en la actitud de bloqueo marroquí. La marcha de Baker supone, aunque se pretenda enmascarar, el reconocimiento explícito del fracaso de su iniciativa y crea un justificado clima de desesperanza; pues si un personaje tan experto e influyente tira la toalla después de siete años, no parece que probable que quien le sustituya consiga resultados milagrosos.